La estatua budista llamada ‘El hombre de hierro’, encontrada por una expedición de los nazis en 1938, fue esculpida en un fragmento de un meteorito que chocó contra la Tierra hace 15.000 años.

 

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Los últimos análisis de los científicos confirmaron que la estatua budista trasladada del Tíbet a Alemania fue esculpida en un fragmento del meteorito de Chinga, según revela un artículo publicado en la revista ‘Meteoritics and Planetary Science’.

 

“La estatua fue cincelada en un fragmento ferroso del meteorito Chinga que se estrelló en la frontera entre Mongolia y Siberia hace alrededor de 15.000 años”, asegura Elmar Buchner, del Instituto de Estudio de los Planetas de la Universidad de Stuttgart (Alemania). “Mientras los escombros de Chinga fueron descubiertos por exploradores de oro oficialmente en 1913, consideramos que este fragmento separado del meteorito que fue cobrado muchos siglos antes”, explicó Buchner.

 

El equipo de investigadores lo clasificó como un ataxite, un tipo poco común de meteorito ferroso con alto contenido de níquel. La sonrisa misteriosa del dios Vaisravana La estatua, llamada ‘El hombre de hierro’, fue descubierta en 1938 por un equipo de científicos alemanes encabezado por el famoso zoólogo alemán Ernst Schäfer, que rastreaba las raíces de los arios y buscaba objetos de la época en la zona. La expedición de Schäfer, encargada por el líder de las tropas SS, Heinrich Himmler, fue enviada al Tíbet, en busca del supuesto origen de los arios.

 

El equipo expedicionario fue completado también por miembros de las SS. La expedición de Schäfer descubrió una figura esculpida a partir de un fragmento de meteorito de 1.000 años de antigüedad y que tiene la particularidad de llevar una esvástica en el vientre. Buchner señala que no se pudo fechar con exactitud la escultura, pero que su estilo lleva a pensar que está vinculada con la cultura Bon, anterior al budismo, del siglo XI. Según expertos, la estatua, que pesa más de 10 kilos y mide 24 centímetros, representa al dios Vaisravana, el rey budista del Norte, también conocido como Jambhala en el Tíbet.

 

La escultura fue trasladada a Múnich, pero no pudo ser examinada por los investigadores porque acabó en una colección privada y tuvieron que esperar para hacerlo hasta 2007, cuando fue subastada. “Esta estatua es el único ejemplo conocido de figura humana esculpida a partir de un meteorito, lo que significa que no tenemos nada similar con que compararlo a la hora de evaluar su valor”, dijo el científico alemán.

 

Fuente: [Mistery planet]