Desde hace tiempo que se está buscando formas de vida extraterrestre y si es inteligente, mejor. Nuestras señales de radio, TV y radares salen al espacio y llegan lejos con capacidad de ser detectadas por una civilización extraterrestre con tecnología avanzada. Pensando en eso, se propuso escuchar en ese tipo de frecuencias con el fin de detectar ese tipo de señales de otros mundos.

Nosotros enviamos mensajes, lo hicimos en tres oportunidades; una en 1974 desde Arecibo 1 , y otras dos en 1999 y 2003 2 desde Ucrania en el marco del proyecto conocido como Cosmic Call 3 y utilizamos una frecuencia de «gran audiencia».

Los mensajes se enviaron en frecuencias usadas para investigar en Radioastronomía 4, por dos motivos. Primero, porque ya se tenían las antenas y segundo, porque una civilización avanzada debería tener una Radioastronomía desarrollada. Luego, les mandamos el mensaje en las frecuencias donde estarían escuchando el Universo. Algunos pensaban en utilizar la frecuencia del radical oxidrilo, pues esa es la frecuencia que en detectarían el Universo las civilizaciones inmersas en ciertas nebulosas.

De la misma forma, estamos escuchando en esas frecuencias por si están tratando de comunicarse con alguien, o sea, por si tienen la misma idea que nosotros. Como sea, aún no hay sonidos de nuestros vecinos.

Con el descubrimiento de exoplanetas, se decidió recurrir al análisis de sus atmósferas buscando biomarcadores tales como Carbono, Hidrógeno, Oxígeno, Nitrógeno y hasta Metano. Obviamente que eso no garantiza que haya vida inteligente, ni que no la haya, ya que puede existir relacionada con otros elementos.

Ahora se piensa que tal vez una civilización inteligente tenga una industria contaminante de la atmósfera de su planeta. Basados en esta idea, se buscará tetrafluorometano y triclorofluorometano que son contaminantes típicos de actividades antropogénicas, muy difíciles de darse naturalmente en cantidades detectables con facilidad.