El 29 de Septiembre de 1988 unos niños encontraban en la presa de Guarapiranga, en la ciudad brasileña de Sáo Paulo, el cadáver horriblemente mutilado de un hombre. El cuerpo, cuyos órganos vitales habían desaparecido, no presentaba restos de sangre y mostraba tres pequeños y desconcertantes orificios. Todo recuerda a los casos de mutilación de animales presuntamente perpetrados por extraterrestres.


 

¿Acaso estos seres se han fijado nuevos objetivos -esta vez humanos- en las incursiones que algunos creen que llevan a. cabo en nuestro planeta.

 

Las mutilaciones de animales -presuntamente perpetradas por extraterrestres- copan buena parte de las páginas dedicadas a los sucesos ufológicos. En los reportajes de medios no especializados, estos hechos suelen ser presentados como algo morboso y aterrador, que se atribuye a seres de otros planetas o dimensiones. Unas entidades, además, que supuestamente perseguirían fines oscuros contra los habitantes de nuestro planeta.

 

Sin embargo, dentro de estos extraños casos, hay uno -el denominado «caso Guarapiranga»- que, de confirmarse, supondría el primer registro de una mutilación humana del que se tiene noticia fidedigna. Como veremos, hay bastantes indicios que así parecen confirmarlo.

 

El hecho tuvo lugar el 29 de Septiembre de 1988, aunque fue dado a conocersólo varios años después, en 1993. Ahora, recientes investigaciones realizadas por Encarnación Zapata García, una ufóloga española afincada en Brasil, han arrojado nueva luz sobre este episodio.

 

Todo comenzó cuando dos chicos encontraron, en un islote de la presa de Guarapiranga -ubicada en la ciudad brasileña de Sáo Paulo- el cadáver de un hombre cuyo rostro y cuerpo habían sido horriblemente mutilados. Vestía tan sólo unos calzoncillos y los forenses indicaron que no debía haber muerto hacía mucho tiempo, ya que el cadáver estaba aún flácido y bien conservado.

 

Terribles mutilaciones

Decidí investigar más a fondo. Viajé hasta Sáo Paulo, donde tuve ocasión de entrevistar a Encarnación Zapata, quien ofreció nuevos detalles sobre este suceso. Aunque el caso se estaba llevando con todo sigilo, la ufó­loga tuvo oportunidad de contactar con el promotor de justicia encargado del tema, José Roberto Cuenca. Inesperadamente, el señor Cuenca se mostró muy interesado en que yo pudiera, de alguna manera, colaborar con la solución del caso», dice Encarna­ción, que tuvo acceso al informe poli­cial, que iba acompañado de siete fotografías en color de la víctima.

 

En el documento en cuestión, se explicaba que la parte superior del rostro del cadáver había sido desollada y los ojos arrancados, al igual que una parte de las orejas (y el interior del oído), la lengua y otros músculos bucales. Entre los dedos de las manos y pies se encontraron perforaciones de hasta dos centímetros de diámetro.

 

La piel del rostro fue cortada en una sección rectangular y sobre los restos de carne había sido untada una sus­tancia de color negro que no pudo ser analizada e identificada por «falta en la policía de presupuestos para estos casos». Según explica Encarnación, aunque en un principio los agentes consideraron que la víctima era un indigente, poco después se descubrió su identidad. «A los pobres -asegura- no se les hace este tipo de análisis».

 

Agresión extraterrestre

 

 

Cortes circulares

Bajo las axilas, se localizaron asimismo dos cortes perfectamente circulares de cuatro centímetros de diámetro, amén de otros realizados por todo el cuerpo con un objeto punzante y cortante. Además, la víctima no poseía marcas de uñas, pezuñas o garras de animales, como suele ocurrir con los cuerpos abandonados en lugares llenos de alimañas, como los alrededores de la presa de Guarapiranga.

 

Lo más extraño del hecho es que el cuerpo no presentaba restos de sangre y se encontraba vacío de vísceras. Los forenses indicaron en el atestado que los órganos internos fueron «aspirados», presuntamente a través de los dos orificios de las axilas, aunque «aún no se conozca una técnica quirúrgica capaz de realizarlo».

 

Como si fueran pocas todas las atrocidades sufridas por la víctima, de su cuerpo se había arrancado también la bolsa escrotal izquierda, mientras que la uretra del pene se hallaba bastante dilatada y ensangrentada,, como si le hubieran introducido una sonda. Paralelamente, había desaparecido todo rastro de vello, tanto en el pubis como en las axilas. «Parecía como si le hubieran preparado para cirugía», observa Encarnación.

 

Agresión extraterrestre

 

 

En la ingle izquierda había un corte perfectamente elíptico, no muy profundo. Y, para más inri, su orificio anal había sido sustraído mediante una incisión de 15 x 8 cm. El cuerpo no presentaba indicios de haber sido atado antes o después de su muerte y tampoco se encontraron señales de estrangulamiento.

 

«Aunque se plantee la posibilidad de un ritual satánico -comenta Encarnación-, habría que preguntarse quién habría podido realizar con tanta precisión los cortes y la absorción de los órganos internos a través de orificios tan pequeños».

 

AI parecer, lo único que quedó dentro de la víctima fue un pedazo de pulmón, que fue cortado «como si se tratase de mantequilla». Por todo ello, la ufóloga apunta que el muerto de Guarapiranga presenta muchas similitudes con los casos de mutilaciones de animales ocurridos en diversas partes del mundo. ¿Demasiada especulación?

 

 

Agresión extraterrestre

 

Vampiros o Extraterrestres

El hecho de que en el cuerpo apenas se hallase rastro alguno de sangre recuerda a los recientes sucesos supuestamente protagonizados por la criatura que se ha venido en denominar «chupacabras» y cuyo ámbito de actuación se ha extendido por todo el Caribe (ver MÁS ALLÁ DE LA CIEN­CIA núms. 87, 88 y 90). «Sólo había un poco de sangre sobre las heridas. En el lugar donde fue encontrado el cuerpo no había manchas de sangre en el suelo, ni huellas, velas u otros elementos que nos pudieran dar una pista de que realmente se trató de un sacrificio ritual, como algunos policías han especulado», dice la ufóloga.

 

Otro dato que añade desconcierto a este asunto es que el cuerpo no fuera atacado por los muchos buitres que merodean por la presa, ni por ningún otro animal. «Si el hombre hubiera sido víctima de un asesinato común, sus restos habrían sido destrozados por los depredadores, pero en este caso permanecieron a distancia. Eso es muy significativo, pues en los casos de mutilaciones de animales por OVNIs los depredadores tampoco se acercan al lugar de la mutilación durante meses e incluso años. No creo que esto sea una simple coincidencia», explica Encarnación.

 

Aunque parezca increíble, hay otro punto de esta investigación aún más espeluznante y sospechoso: los médicos determinaron que la víctima fue torturada y se encontraba aún con vida cuando sus órganos fueron cortados y arrancados por un método des­conocido. Según nos comenta Encarnación, el forense Jorge Pereira dijo: «Nunca había visto un caso semejante. Parecía como si un motor de 200 HP le hubiera succionado los órganos internos».

 

Poco después, la policía pudo identificar el cadáver. Se trataba de unhombre de 53 años, casado, católico practicante y de baja condición económica. Vivía en la orilla de la presa, donde trabajaba como guardián de una finca cercana a Guarapiranga, y solía ir a pescar a sus aguas. Permaneció en paradero desconocido tres días hasta que encontraron su cuerpo mutilado.

 

Maniobras de desinformación

No obstante, la hipótesis de la mutilación por seres extraterrestres tiene, también en este caso, detractores. Algunos han dicho que los responsables de tal atrocidad pudieron haber sido los roedores y otras alimañas. Sin embargo, tal y como asegura Encarnación Zapata, «los forenses que investigaron el caso son verdaderos expertos y han visto todo lo que uno pueda imaginarse. Ellos afirman que este tipo de mutilaciones y su «modus operandi» es algo inaudito y exigiría equipos que hasta el momento desconocemos. Lo de los animales es un absurdo».

 

Por su parte, algunos ufólogos indican que es extraño que el caso no guarde relación alguna con apariciones de OVNIs en la zona en la fecha en que tuvieron lugar los hechos. «Es difícil saber si aquel hombre -dice Encarnación- tuvo ese día su primer y último contacto con extraterrestres, puesto que aparentemente no hay testigos de lo que ocurrió. Pero sí puedo afirmar que la región de Guarapiranga es rica en apariciones ufológicas».

 

Fuente: [Aparecido en la revista “MAS ALLA de la ciencia” Nº 91 septiembre 1996.]

Autor: Pablo Villarubia Mauso

 


 

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