El satélite de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), llamado «Chasqui 1», fue lanzado este lunes al espacio con éxito y puesto en órbita por un cosmonauta ruso durante una caminata espacial desde la Estación Espacial Internacional (EEI).
El Chasqui 1 es un nanosatélite de fines académicos, diseñado y construido enteramente por ingenieros peruanos de la UNI, certificado y probado por los especialistas de la Universidad Estatal de Sur Oeste de Rusia (UESOR) fue lanzado aproximadamente a las 9:30 horas del Perú.
Voceros de la UNI señalaron que una vez en órbita, el Chasqui 1 empezará a registrar y enviar datos dentro de una semana. Los datos que se esperan son de imágenes en el rango visible e infrarrojo cercano, así como datos de sus sensores internos y externos.
Destacaron que el Chasqui 1 es el primer satélite enteramente peruano en ser diseñado por talento nacional y el segundo en haber salido de Tierra rumbo al espacio.
«Es un satélite de forma cúbica de 10 centímetros de arista, de fines académicos y su tiempo de vida útil se calcula que sea de dos meses en los cuales nuestros ingenieros y estudiantes podrán beneficiarse de conocimientos aeroespaciales con miras a la construcción de un satélite de mayor tamaño», explicaron.
Señalaron que para poder lanzar el satélite, el cosmonauta ruso ha llevado a cabo un entrenamiento específico que incluye la caminata en el espacio y operar el lanzador de satélites manualmente. Estas pruebas se realizaron en el Hidrolaboratorio ruso de pruebas de operación en la EEI.
El nanosatélite fue transportado a la Estación Espacial Internacional el 05 de febrero de este año, a las 11:23 a.m. hora peruana, en la nave Progress M 22M que partió desde el cosmódrono de Baikonur y donde viajó junto con materiales de carga a la EEI.
El convenio de cooperación con UESOR permitió que el Chasqui 1 llegara a la EEI donde ha permanecido por casi 200 días a la espera de la caminata espacial realizada hoy.
Asimismo, se desarrolla una segunda etapa del proyecto satelital con el Microsatélite-UNI, cuyas funciones serán acopiar data de más sensores, tener imágenes de una cámara de mayor resolución que la del Chasqui.
También permitirá realizar 3 experimentos en condiciones de ingravidez y a las condiciones en la órbita de la EEI. Se espera esté listo para finales del 2015.
El Proyecto CHASQUI I
El proyecto “Nanosatélite de Investigación Chasqui I” es el primer proyecto satelital de la Universidad Nacional de Ingeniería y tiene como objetivo principal el mejoramiento de las capacidades de la UNI en tecnología satelital a través del diseño, análisis, ensamblaje, integración, prueba y operación de un satélite de pequeñas dimensiones. Además el satélite pretende tomar fotos de la tierra y transmitirlo a la estación terrestre.
Las dimensiones del satélite son 10x10x10 cm3 y de un peso aproximado de 1 Kg. Posee dos cámaras, una en el rango visible y otra en el rango infrarrojo. Asimismo cuenta con mecanismos propios de control de actitud, comunicación en la banda de radioaficionados, de energía y control térmico basado en celdas solares de alta eficiencia así como un sistema embebido de control y gestión de la información de todos los componentes del satélite.
El “Chasqui I” constituye un esfuerzo sin precedentes en nuestro país por lograr por primera vez accesar al espacio y nos da la oportunidad de abrir nuevos campos de aplicación específicos a nuestra propia realidad geográfica y social. Es además desde un punto de vista académico una herramienta que facilita la colaboración entre las diversas facultades y centros de investigación de la universidad, entrena a los estudiantes y docentes con experiencias del mundo real en satélites, genera oportunidades de trabajo conjunto con diversas universidades del mundo y permite avances tecnológicos en la industria aeroespacial de nuestro país.
Desarrollar satélites de la escala del Chasqui I abre camino a las diversas posibilidades de acceso al espacio con menores costos y tiempos de desarrollo. Por esta razón, diversas universidades, compañías y organizaciones gubernamentales en el mundo demuestran su interés en desarrollar pequeños satélites que permitan llevar a cabo experimentos y misiones científicas que no son fácilmente accesibles desde satélites convencionales. Los beneficios educacionales y tecnológicos del proyecto se pueden enfatizar en el entrenamiento en campo de ingenieros y científicos y en un futuro cercano la maduración de esta tecnología unida a la implementación de una red de este tipo de satélites permitirá que se generen nuevas aplicaciones de bajo costo en el campo de las telecomunicaciones, observación terrestre y la exploración de recursos naturales, tan importantes para el desarrollo de nuestro país.
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