El caso Maza es un inédito caso de contacto extraterrestre. Desde niño, Argenis Maza el protagonista de esta historia, experimenta singulares hechos relacionados a seres extraterrestres y OVNIs. Más tarde se topa con un extraño ser que parece no ser de este planeta.
Este incidente ha sido transcrito por Emilio Rafael Marval Maza, familiar de Argenis Maza. Posteriormente Emilio Marval Maza informó de este caso de contacto a ExploracionOVNI.com
El texto ha sido grabado en audio y subido a Soundcloud por ExploracionOVNI.com
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El caso Maza
Escrito por: Emilio Rafael Marval Maza. Fecha: 23/07/2012
En el mundo hay personas que, por lo menos una vez en su vida, han sido testigos de acontecimientos que están fuera de nuestra imaginación; sin embargo, a otros se les hace casi costumbre presenciar extraños fenómenos que, no dejan de causar, más que impresión, interrogantes. Tal es el caso del licenciado en contaduría, Argenis José Maza, quien ha sido testigo de diversos avistamientos ovnis.
Nacido en Barcelona, estado Anzoátegui, Argenis Maza de 56 años de edad, contó como empezó su historia relacionada con el fenómeno OVNI.
Desde los ocho años de edad, Maza tenía sueños muy recurrentes con naves espaciales que venían a buscarlo para llevárselo a las lejanías del cosmos. «Recuerdo que para aquel momento soñaba muy seguido que venía una nave espacial y aterrizaba al frente de mi casa, donde había un parque. La nave era metálica, tenía una compuerta que se abría y salían esos seres que se ven en películas, cabezones, ojos grandes, pequeños, verdosos y me invitaban a irme con ellos, pero deduje que eran cosas de la imaginación de un niño.»
El licenciado comentó que, inclusive, después de grande siguió teniendo el mismo sueño aunque no con tanta frecuencia como antes y que no sabe descifrar que pueda significar. La última vez que soñó que lo venían a buscar los seres del espacio fue hace 3 meses, antes de esta entrevista, aproximadamente. «Veo la nave y sus tripulantes pero al momento que voy a dar un paso adelante me despierto.»
Primeros encuentros cercanos
Años más tarde, de sus primeros sueños con naves y seres de otros mundos, cuando el señor Argenis tenía 13 años, tuvo su primer avistamiento al lado de su padre, cuando fueron a pescar juntos en Caicara, lugar ubicado cerca de la base aérea de Barcelona; para aquel entonces era un sitio que no estaba poblado.
Era la una de la madrugada cuando ambos se encontraban a orillas de la playa de Caicara pescando, de repente, algo en el cielo llamó la atención de ambos. «Vimos dos luces fosforescentes, de color anaranjado, que viajaban en zig zag, pero pasó una luz primero y luego otra, una iba detrás de la otra; eso duró como 20 segundos porque ellos viajan rápido. Ésa fue mi primera experiencia con los ovnis.»
Al pasar el tiempo, en el año de 1978, Maza cursaba la carrera de contaduría en la Universidad De Oriente (UDO) núcleo Anzoátegui, y para ese entonces hubo una conferencia, en el auditorio, dictada por un señor venido de Perú, perteneciente a un grupo de investigaciones ufológicas. El licenciado dice que esa fue la primera vez que supo de los distintos tipos de extraterrestres existentes hasta esa fecha y se interesó más por el tema.
Al cumplir 30 años otra sorpresa le ocurrió a Argenis. Era de noche, y se encontraba en la casa de su padre, en la avenida Cajigal de Barcelona; se había ido la luz y ambos salieron de la casa por el calor que había y decidieron ir al parque que quedaba al frente ( El mismo parque del sueño donde llegaba la nave) el cual limita con el río Neverí.
«Eran como las 10pm cuando llegamos al parque, recuerdo que le dije a mi papá: – Vamos a sentarnos en el cerrito. Pero cuando tiro la vista hacia el puente Bolívar, dentro del río veo una luz fosforescente; nos acercamos y cuando observamos mejor había una especie de…nave. Era grande, pero te puedo decir que no era una nave matriz. Brillaba, era redonda, y como todo estaba oscuro, no había luz, eso iluminaba. Obviamente mi papá y yo nos fuimos asustados a la casa. Hasta el día de hoy sostengo que el apagón fue causado por esa nave en el río porque dicen que ellos crean unos campos magnéticos que hacen que se vaya la luz.»
Transcurrieron dos años desde el último avistamiento en el río Neverí, el licenciado había contraído matrimonio y se mudó para la urbanización «El Tamarindo». Cuenta que un día, exactamente a las 8am, salió a la puerta de su casa y cuando observó al cielo, avistó un objeto metálico subiendo, lenta y silenciosamente.
«Vi la parte de abajo del platillo, era como metálico, así plateado. Iba subiendo, y sin quitarle la vista de encima le gritaba a mi esposa que viniera a ver. El objeto fue subiendo sin hacer ruido ni nada, no hizo movimiento brusco en ningún momento, simplemente subió hasta que desapareció y fue algo que vi claramente, además el cielo estaba despejado, no había ni una sola nube.»
Mensajes del cosmos
Un acontecimiento que el señor Maza recuerda con claridad fue cuando recibió una carta, con un supuesto mensaje escrito por un ser del espacio. Para ese entonces esa carta se la obsequió una amiga de trabajo, Lusmila Torres, quien pertenecía a una asociación que tenía contacto con seres extraterrestres. «Un día por cosas de la vida tocamos el tema de los ovnis y le dije que cuando era pequeño soñaba mucho con ellos y me dijo fue:- Eres un elegido; y yo: – ¿elegido de quién? ¿ Por qué? y me respondió: – Estás capacitado para recibir mensajes. Pero yo seguía sin entender.»
“Esa asociación, a la que pertenecía Torres, algunas veces se reunía en el Cerro el Morro (El Cerro El Morro se ubica en la ciudad de Lechería, Municipio Turístico Licenciado Diego Bautista Urbaneja). Mi amiga me dijo, que allí abajo, en el mar, había o hay una base extraterrestre pero no sé que verdad será. Ella me obsequió una carta que, supuestamente, eran de seres de otra dimensión donde daban recomendaciones; esos mensajes los recibían allí arriba en la cima del cerro pero no sé de que manera, si telepáticamente o un contacto directo ya que nunca llegué a ir. Esos seres eran descritos como personas altas, rubias y de ojos azules. En la carta habían recomendaciones pero no se entendía bien, estaba escrita con errores ortográficos, había palabras raras, como que no dominaran el idioma, decía cosas, que yo recuerde, como que hay que levantarse temprano todas las mañanas y elevar las manos para cargarnos con energía solar dándole las gracias al creador, que a las 12 del mediodía estuviéramos descalzos para recibir la energía de la tierra, que no debíamos de consumir mucha carne y comer más vegetales. El que envío el mensaje, el extraterrestre tenía un nombre como bíblico, algo así como Enoc o Enoch. Al paso del tiempo, lamentablemente, extravié la carta.»
Tenebroso encuentro
Una de las experiencias más escalofriantes para Maza fue cuando se encontró, frente a frente, con un ente extraño que andaba en busca de La Gran Sabana, y hasta el día de hoy sostiene que fue un ser del espacio pero con una energía negativa. Para ese entonces, el licenciado tenía 33 años y trabajaba en la Biblioteca Pública Temístocles Maza de Barcelona, el hecho aconteció a las seis de la tarde.
“Estaba con mi compadre José Aguilera, él se despide y sale de la biblioteca, yo me quedo para cerrarla y en ese momento entra ese señor extraño; era de estatura baja, nariz chata, ojos verdosos rayados, cabello negro largo, hablaba como mexicano pero pronunciaba la «z» como español. Llegó preguntando por La Gran Sabana y que le mostrara un mapa de Venezuela; le mostré el mapa pero cuando estoy al lado del señor me dio un miedo tremendo y no sé por qué, era una energía rarísima. Cuando este señor extraño entró a la biblioteca le pasó por el lado a Aguilera y éste sintió la misma sensación de incomodidad que yo y se dijo: – Cónchale no voy a dejar solo al compadre aquí. Y se regresó. Le mostré donde quedaba y como podía llegar a La Gran Sabana al extraño, ya el compadre había llegado, y cuando este señor se fue a despedir, que nos dio la mano, mi compadre y yo nos quedamos viendo la cara porque la mano del hombre era como de hule, gomosa, como si fuera un guante lleno de agua, no tenía hueso. Cerramos la biblioteca lo más rápido que pudimos y cuando salimos el tipo ya no estaba, allí no había carro, la calle estaba casi sola y a la velocidad que mi compadre y yo salimos de allí daba tiempo de ver para donde había agarrado, pero se esfumó.»
Pasado un mes de este acontecimiento, el licenciado Maza venía de comprar en una panadería y se dirigía a casa de sus padres, cuando lanza la vista hacia una parada de autobuses, en la avenida Cajigal, se encuentra de nuevo con este personaje extraño el cual voltea a observarlo; apenas lo miró Maza salió corriendo hacia el lado contrario y tuvo que dar la vuelta a la manzana para poder llegar a casa de sus padres.
”Me causó mucho pavor, donde vea a ese hombre lo reconozco, porque está aquí, en mi mente, espero no verlo más nunca en mi vida. Te puedo asegurar que ese ente no es en lo absoluto de este mundo. Algo andaba buscando.»
Las historias de contactados en el mundo son demasiadas. Muchas personas han tenido más que un simple avistamiento OVNI como es el caso del licenciado Argenis Maza; otros, quizás, aun observan el cielo por las noches con la esperanza de poder encontrar una señal que de indicios de vida fuera de nuestro planeta.
A continuación, antes de concluir con esta historia, una anécdota narrada por el licenciado:
“Me encontraba en el Paseo Colón de Puerto La Cruz (Actualmente Paseo de la Cruz y el Mar), en el 78 con el expositor en investigador de temas ufológicos venido del Perú, a decir verdad no recuerdo su nombre, quien una semana antes había dado una charla sobre los distintos tipos de extraterrestres que existían en el universo, en el auditorio de la UDO. Le hice varias preguntas y me las respondió, luego me contó una historia que le había sucedido, cuando una nave lo raptó. Y su historia es así: – Llegué a Caracas y estaba de estreno una película de extraterrestres, andaba acompañado con un amigo, a su vez mi amigo se encontró con otro en el cine; me lo presenta y éste me dice que si yo creo en extraterrestres, yo respondo que sí, él se echó a reír y dice que no, sin prestarle mucha atención entramos a la sala a ver la película. Al paso del tiempo decido ir a La Gran Sabana, estoy cerca de uno de los lagos y me alejo del grupo con el que fui, en eso veo sobre el agua una nave flotando la cual se posa lentamente sobre mí y de alguna manera, que desconozco, me lleva a su interior. Para mi sorpresa, cuando observo, la persona que me recibió adentro era nada más y nada menos que el amigo escéptico del cine que dijo que no creía en esas cosas…»
Cabe destacar que la hermana mayor del licenciado, hace algún tiempo, también fue testigo de un avistamiento OVNI en la ciudad de Caracas. Pero eso es parte de otra historia…