El Observatorio de Neutrinos IceCube, con base en la Antártida, ha confirmado la detección de partículas cósmicas en las profundidades del hielo del Polo Sur, cuyo origen podrían ser fuentes astrofísicas como los agujeros negros o estrellas en explosión en la Vía Láctea o fuera de ella.
Los neutrinos astrofísicos, partículas de muy alta energía, han atravesado el espacio sin ser detenidas por obstáculos como las estrellas, planetas, galaxias, campos magnéticos o nubes de polvo estelar antes para impactar contra la Tierra, informa la revista “Physical Review Letters”.
La mayoría de estas partículas subatómicas que llegan a la Tierra proceden del Sol o de la atmósfera, y solo unos pocos, los de mayor energía, que se originan en nuestra galaxia o fuera de ella, llegan hasta nuestro planeta. Neutrinos de alta energía fueron detectados en 1987 gracias a la explosión cercana de una supernova, pero los neutrinos recién detectados contienen energías un millón de veces superiores.
Según los investigadores, los neutrinos no tienen ni masa ni carga eléctrica, por lo que son muy difíciles de detectar y solo pueden ser observados cuando colisionan con otras partículas, como las terrestres, creando muones o neutrinos cósmicos de alta energía, que fueron descubiertos anteriormente pero que hasta ahora no se había podido confirmar el hallazgo.
Además, señalaron que los muones (partículas elementales) llegaron a la Tierra pasando por el cielo del Hemisferio Norte, lo que les llevó a deducir que nuestro planeta actúa como un filtro para estas partículas de alta energía, cuyo origen aún no se ha podido determinar. “Las conclusiones del IceCube permitirán a los astrofísicos estudiar las partículas que han viajado a millones de años luz entre su origen y la Tierra, dando una nueva visión de cómo las partículas aceleran a través del universo”, comentaron los científicos.