En la web alemana Bild se expone la fotografía de un dedo momificado, supuestamente encontrado en Egipto. La noticia no tendría mucha importancia si no fuera por los 40 centímetros del dedo de marras… Si esa es la longitud del dedo, ¿Cómo sería la mano de la criatura? ¿Y el resto del cuerpo?
Casi podría agarrar a un ser humano y hacerlo trizas. El caso es que todo parece tener su origen en un fotógrafo llamado Gregory Spoerri, un empresario de discotecas muy popular en Basilea, Suiza.
Este señor cuenta que logró contactar con un ladrón de tumbas que guardaba dicho dedo desde los años 60… Parece que en 1988, Spoerri tuvo una reunión privada con el ladrón de tumbas a unos 100 Km. al noroeste de El Cairo, en Bir Hooker. A cambio de 300 dolares, Spoerri podría echar un vistazo a los tesoros de la familia del ladrón, aunque eso si, nada estaba a la venta.
Envuelto entre harapos sucios apareció el dedo con la carne podrida y reseca, cubierta de moho seco. A Spoerri sólo se le permitió tomar unas fotografías. El dedo no estaba a la venta. Y eso fué todo lo que pudo llevarse. A partir de ese momento, Spoerri comenzó a interesarse por los mitos de gigantes en la antiguedad, y la historia de los antiguos Anunnaki que civilizaron Sumeria, Egipto y otras culturas. ¿Es este dedo uno de los pocos vestigios que quedan de uno de estos seres gigantescos?
Según opina John X, No es un vestigio perdido o raro, lo raro es que no veamos más. Realmente ya hace un tiempo que por diferentes motivos se están encontrando restos de seres gigantes. Quiero decir que no todos son (los que se encuentran) de una misma especie de ser gigante, ya que hay muchas categorías y tipos (proveniente de razas dispares pero hermanadas al gigantismo). Donde se suele encontrar restos con “facilidad” de gigantes: Normalmente cuando se hacen inventarios (con nuevo personal y nuevas actas) en los sótanos de museos de objetos no catalogados oficialmente (listas negras), al hacer un nuevo inventario se topan con ciertos restos molestos (molestos para los académicos cómplices de este ocultamiento).
También en polvorines militares se da el caso (a menor escala) y en conventos que ya no residen monjes y son derruidos para nuevas construcciones y al excavar en sus cimientos o galerías subterráneas (criptas) se encuentran restos de miles de huesos de niños y otros gigantescos a su alrededor.
Se rumorea que ciertos lugares (conventos) en sus subterráneos se hacían “sacrificios de infantes” (niños) a “dioses anunnakis” (sus restos óseos), etc., por ello esas desproporciones (por miles) de restos óseos de niños y alrededor de otros gigantes de más de 3 metros.
Muchos aparejadores y albañiles (se rumorea) tienen fotos hechas por ellos mismos, con esas pruebas que son conocidas por muchos. Pero por “miedo” solo las enseñan a sus familiares y amigos, de obras efectuadas para la iglesia, etc. Siempre digo que un día todo esto y otras cosas más estallaran públicamente, hasta que la gente pierda el miedo o esté hasta los huevos y diga que ya basta de ocultar lo que debería ser público a todas luces.
Observen esta tabla sumeria, y la diferencia de tamaños entre el «Dios» y las personas.
Fuente: [Sabiens]