El Cabo del Cuerpo de Marines, John Weygandt (Quien fue parte del Disclosure Project) fue enviado a Perú en Marzo de 1.997 y su trabajo consistía en proveer seguridad a una instalación de radar que, según se le dijo, monitorearía el tráfico aéreo del narcotráfico entre Perú y Bolivia.
El Cabo declara:
«Siendo de madrugada, nos dirigimos en seis vehículos Hummer y llegamos al área con las primeras luces del día. Ciertamente, nos fue muy fácil localizar el lugar preciso, ya que había una enorme hendidura en el terreno y era evidente que algo se había estrellado. Todo el terreno estaba quemado y el aspecto era similar a cuando uno corta manteca tibia con un cuchillo. Era como si algo muy caliente, ó un laser de alta energía lo hubiera cortado. Era algo realmente extraño. Yo estaba al frente del grupo, junto a los Sargentos Allen y Atkinson, adelantados unos veinte metros del resto del grupo. Nosotros tres fuimos los primeros en ver aquello. La marca subía derecho por la colina y luego hacia el lado del barranco, en la cresta. Una cresta de sesenta metros de roca sólida. Y un enorme aparato se hallaba enterrado, en un ángulo de 45 grados, hacia un lado de aquella cresta.
El Cabo estimó que aquella nave tendría unos veinte metros de largo por diez de ancho, y su forma era similar a algo intermedio entre un huevo y una gota. “La cubierta de la nave tenía baches, muescas y apéndices en ellos. Aquello era algo realmente orgánico, casi como artístico. Era algo que parecía haber sido hecho en un taller de arte, como si hubiera sido hecho a mano, pero con materiales que desconozco. Definitivamente, no era nada similar al titanio. Es decir, parecía metálico pero no tenía ningún reflejo. El sol ya brillaba sobre ella y yo podía ver los distintos matices de la nave, pero no proyectaba ningún reflejo.
De repente, los Sargentos me gritaron que me fuera al demonio de ahí. Luego de que descendimos, nos encontramos con gente del Departamento de Energía. Ellos ya estaban al tanto de lo sucedido, así que hasta hoy no se por qué nos enviaron ahí. Pero, de todas formas, fui arrestado y esposado. Unos hombres vestidos con camuflaje negro me despojaron de todo mi equipo. Me avasallaron, amenazándome con que terminaría en una camilla. Ellos no tenían sus etiquetas identificatorias y en el sitio del accidente había como treinta de aquellos tipos, vestidos con trajes biológicos.
Me dijeron que aquel aparato volaba entrando y saliendo de nuestra atmósfera a una velocidad superior a MACH 10. Ahora, si tu tienes un objeto que hace una reentrada en la atmósfera y luego se detiene en un suspiro, gira y se aleja justo en la dirección contraria, eso ya es algo muy extraño. Los meteoros no hacen eso. Aquella nave no era de nuestro planeta. Yo se bien lo que vi y me pregunto si aquellas instalaciones de radar no fueron construídas en un intento por monitorear a los OVNI’s, usando como cubierta el hecho de controlar los vuelos del narcotráfico.
Aquellos tipos contaban con telémetros láser y toda una serie de aparatos de alta tecnología que yo nunca antes había visto. Aquellos telémetros eran similares a grandes telescopios y había una especie de centro de comando que era operado por una fuerza multi-nacional.
Por lo que éste aparato fue rastreado por éstos radares en particular, y estoy convencido que cuando yo lo vi, fue luego de haber sido impactado por algo. Algo de seguro lo derribó”.
Ahora, el testimonio de un piloto militar peruano…
En mayo de 1997, se habían programado pruebas de vuelo en el Cuzco y Puno de 2 aviones de guerra recién reparados (MIG 29), en el momento que volábamos junto con mi compañero Yvan Vilchez, el coronel Javier Sambrano nos comunica por la radio que habían detectado un avión que no se había identificado y que sospechaban que era un avión del narcotráfico, el coronel nos ordena interceptar ese avión, yo como estaba lejos de la zona, mi compañero llega primero, y me comunica por la radio con voz temblorosa que no era un avión, sino un OVNI, él se acercó poniéndose atrás, pero el OVNI lanzó fuego como si fuera un rayo, el cual mi compañero logro esquivar, al darse cuenta que el OVNI fue hostil, mi compañero decide interceptarlo con un misil pequeño Vympel, y el OVNI cae derribado.
Al dia siguiente llegaron unos Marines de los Estados Unidos, uno de ellos de nombre John Weygandt (El cual si buscan su nombre en internet el tambien puede dar fe de todo esto). Al final de todo nos dieron una orden de no comentar nada de lo que habia pasado, y todo esto era secreto de estado.
Fuente: [http://www.unifaweb.com.ar/modules/news/article.php?storyid=1833]