Centenares de personas en el mundo, desde hace décadas, afirman haber sido secuestradas por seres de otro planeta. Estos testimonios dieron origen al fenómeno estudiado recurrentemente en la ufología: las abducciones. Pero ¿qué tanto de cierto hay en ello? ¿Algún planteamiento científico podría dar una explicación concreta a esto?… Hasta ahora no se ha podido hacer, y los casos siguen aumentando.
Uno de los misterios actuales más grandes es el supuesto secuestro de seres humanos por parte de alienígenas, para según se cree realizar experimentos médicos y científicos; pero que posibilidad hay de que esto realmente esté ocurriendo?
Existen ciertas evidencias, más que todo testimonios de centenares o miles de personas que afirman haber sido secuestrados durante cortos, medianos o largos lapsos de tiempo; sin embargo, el adentrarse a un tema tan suceptible de fraude o engaño es similar a pisar en falso, por lo que supongo que hasta los más afamados ufólogos han preferido evitar este tipo de fenómenos en sus investigaciones.
En este artículo intentaré aportar un poco de luz al asunto, pero desde un punto de vista estrictamente científico y dejando de lado mis creencias y cuestionamientos.
Primeramente se deben analizar las evidencias; las únicas evidencias que se poseen son los testimonios de las supuestas «víctimas». Dado que no existen más pruebas que los testimonios de quienes afirman haber vivido una experiencia de este tipo, únicamente podremos intentar establecer si dichos testimonios obedecen a una experiencia real o si están mediatizados por la experiencia de otros. Si lo estuvieran entonces estos testimonios no tendrían ningún valor como evidencias de abducción, y serían simplemente repeticiones o copias de pasadas experiencias propaladas.
El primer caso de abducción conocido
El año 1966 es clave en el tema de las abducciones, pues se dio a conocer el primer caso de este tipo. Los protagonistas de este hecho fueron la pareja de esposos Betty y Barney Hill y narraron su experiencia en el libro El viaje interrumpido (The Interrupted Journey), publicado en el mismo año por el periodista John Fuller.
El hecho se produjo el 19 de setiembre de 1961 mientras la pareja regresaba a su hogar de Portsmouth (New Hampshire, EEUU), conduciendo por la ruta número 3 a través de las White Mountains. Betty y Barney narra haber sido interceptados en dos ocasiones por una brillante luz, para finalmente encontrarse en la carretera con unos extraños seres quienes les hablaban mentalmente intentando que se calmen y no teman para supuestamente abducirlos. Cabe resaltar que en aquella época se produjo una inmensa campaña publicitaria lo que causó que el libro se convierta en un best seller con gran número de ventas y numerosas reediciones.
Los demás casos que vinieron con los años
Los años pasaron y con ellos nuevos relatos y testimonios de abducciones aparecieron, y como era de esperarse la mayoría de estos casos reunían la misma secuencia de hechos ocurrida a los Hill en años anteriores: el abducido es capturado y llevado a bordo de un platillo volante; es desnudado y colocado sobre una camilla; es rodeado de extraños seres extraterrestres, por lo general de la raza de los grises; luego es examinado mediante instrumentos especiales, prestando especial atención a sus órganos reproductores; es paseado por la nave; se le transmiten instrucciones o algún tipo de mensaje y, finalmente, es devuelto al mismo lugar en el que se le capturó después de haberle borrado el recuerdo de su experiencia, que será más tarde recordada mediante el uso de la hipnosis regresiva. Es entonces cuando el abducido empieza a preocuparse por ese “tiempo perdido”.
En el año 1965 la afamada revista británica Flying Saucer Review publicó el caso del brasileño Antonio Villas Boas, el cual afirmaba haber sido abducido la noche del 16 de octubre de 1957 y obligado a mantener relaciones sexuales con una alienígena. En la década de 1970 otra serie de casos fueron apareciendo y atrayendo la atención del público. En 1973 se conoció el de Charles Hickson y Calvin Parker, que afirmaron haber sido abducidos mientras pescaban en el río Pasacagoula (Mississippi, EE.UU.). En el año 1975 Travis Walton fue presuntamente abducido en el Parque Nacional de Sitgreaves (Arizona, EE.UU.). En el año 1978 se publicó «The Walton Experience», escrito por el propio abducido, y «The Andreasson Affair», en el que el investigador Raymond Fowler recogió el caso de Betty Andreasson, supuestamente abducida el 25 de enero de 1967 en el salón de su propia casa en Ashburnham (Massachussets, EE.UU.).
Ya en la década de 1980 apareció el libro «The Tujunga Canyon Contacts», de Ann Druffel y Scott Rogo, un libro en el que se contaba la historia de cinco mujeres abducidas durante más de dos décadas.
Estos casos, cada vez más frecuentes y con evidencias también cada vez más concretas hicieron que algunos ufólogos tomen conciencia de este tipo de fenómenos y empiecen a investigar este tema de una manera más concienzuda.
El «tiempo perdido»
El tiempo perdido se repite en cada caso de abducción y viene a ser el tiempo en el que supuestamente la víctima estuvo secuestrada y en el que no tiene ningún tipo de recuerdo.
En el año 1981, también el folclorista Thomas E. Bullard realizó un estudio para la Fund for UFO Research en el que registró más de 300 casos de abducciones y Hopkins publicó su siguiente libro titulado «Intruders», una obra en la que relataba casos tan espantosos como el de Kathy Davis, que había quedado embarazada después de ser abducida y cuyo feto le había sido extraído a los pocos meses por los alienígenas.
Hopkins y Strieber fueron quienes hablaron por primera vez de lo que luego se conoció como «visitantes de dormitorio». Luego de esto el número de casos aumentó considerablemente.
En 1992 el historiador David M. Jacobs publicó el informe Secret Life: Firtshand, Documented Accounts of UFO Abductions, en el que afirmaba que el objetivo de las abducciones era la hibridación. Ese mismo año The Roper Organization realizó una encuesta a 6.000 estadounidenses y llegó a la conclusión de que 1 de cada 50 presentaban signos de haber sido abducidos. Extrapolando la cifra al total de la población, el número podría haber sido de ¡unos 6.000.000!
El fenómeno ganó mayor credibilidad con la publicación en 1994 de la obra Abduction: Human Encounters with Aliens, en la que el psiquiatra, profesor en Harvard y premio Pulitzer, John E. Mack, que había acompañado a Hopkins en sus numerosas sesiones de hipnosis a supuestos abducidos, analizó un centenar de casos. Se trató de la primera obra del género respaldada por un científico poseedor de impresionantes credenciales académicas.
Aunque se dice que el primer caso conocido de abducción extraterrestre fue el ocurrido a la pareja de esposos Barney y Betty Hill; en la historia hay vestigios que parecen indicarnos que ya mucho antes hubo secuestros extraterrestres… vean las siguientes imágenes y dedúzcanlo.
Hasta el día de hoy los reportes de abducción siguen apareciendo en diversos titulares y sitios de la web; pero lamentablemente las únicas evidencias con las que seguimos contando son solo los testimonios de las víctimas.