Los Gigantes del antiguo Perú, ¿leyenda o realidad?
Muchas culturas del pasado, incluida la peruana, han hecho referencia en sus textos y narraciones sobre la existencia de «hombres gigantes»; inclusive en la Biblia también se pueden encontrar muchas secciones en donde se nombran a criaturas colosales que convivían en clanes y que desarrollaban su propia cultura y costumbres.
Hace ya varios días apareció un gran titular en muchos medios de comunicación en donde se daba a conocer el descubrimiento de un cráneo de grandes dimensiones y de forma alargada, y además se afirmaba que pertenecía a un ser extraterrestre. Los días pasaron y la noticia se desmintió, luego de estudios y análisis se llegó a la conclusión de que pertenecían a un niño el cual había sufrido deformaciones craneanas; pero al ver estos restos me di cuenta que el cráneo es excesivamente grande para ser de un niño y más bien le encontré relación con aquellas historias de «gigantes del antiguo Perú».
Como les venía diciendo antes, en el Perú existen relatos y cuentos pertenecientes a antiguas culturas pre-incas, incas y también de posteriores colonizadores que fueron igualmente testigos de tales hechos.
Uno de aquellos relatos nos narra una lucha que tuvo un indio enfrentando a una banda de gigantes jorobados de pelo rojo; por lo cual se empezó a especular sobre la posible existencia de una raza de aborígenes gigantes de la edad de piedra que habitarían en la selva, en el nororiente peruano. Los hombres – integrantes de esta banda de gigantes – fueron descritos como de piel aceitunada, descalzos, encorvados hacia atrás, con una altura de más de 6 pies o aproximadamente 1.9 metros y con los pies del doble del tamaño de un pie normal. En este caso han habido opiniones encontradas, por una parte un científico ha declarado que es imposible que razas de gigantes convivan en la selva peruana; pero por otro lado un conocido antropólogo declaró que podrían haber muchas probabilidades de que estos seres existan.
Días después dos diarios de Lima (Perú), Última Hora y La Prensa, publicaron una entrevista realizada a un indio guía de la zona llamado Encarnación Napuri, el cual dio a conocer que el 25 de abril un grupo de cazadores fueron atacados por una horda de aborígenes gigantes, armados con gruesos palos de madera con cabeza de piedra y lanzas. La Prensa dijo que los aborígenes secuestraron a tres mujeres e hirió a cinco hombres, antes de ser expulsados por disparos con escopeta; sin embargo Última Hora afirma que 5 hombres, 3 mujeres y 2 niños habían sido heridos, pero no mencionó ningún secuestro.
Quizás se creó una confusión por el pobre español hablado por el guía Encarnación Napuri.
También existen relatos pertenecientes a Pedro Cieza de León – que acompaño a los conquistadores españoles que derrocaron a los Incas en siglo XVI. Él relata que dichos seres tenían una aspecto horrendo y que iban vestidos en pieles o andaban desnudos – aquí encontramos una similitud con los aborígenes gigantes de la selva – y que se dedicaban a la rapiña y la matanza. Y según relata Cieza:
«Los nativos se habían consternado al ver una embarcación hecha de cañas llegar a sus costas con un cargamento de criaturas, tan altos que de la rodilla al suelo eran tan grandes como un hombre de buena estatura.»
Evidencia de Gigantes en la Biblia
Existen narraciones en la Biblia que también tocan el tema de los gigantes, y que apoyan la versión del origen extraterrestre de estos seres, aquí los extractos:
Génesis 6, versículo 1 y 2, podemos leer:
«Cuando los hombres se habían multiplicado sobre la Tierra y habían procreado hijas, viendo los hijos de Dios, que las hijas de los hombres eran hermosas, escogieron de entre ellas por mujeres a las que quisieron.»
En el Génesis 6:
«Por entonces y también en épocas posteriores, cuando los hijos de Dios cohabitaban con las hijas de los hombres y éstas tuvieron hijos, aparecieron en la Tierra los gigantes. Estos son los esforzados varones de los tiempos primeros, los héroes famosos.»
¿Los Gigantes producto de experimentos genéticos extraterrestres?
Muchas personas apoyan la teoría de que estos gigantes serían experimentos genéticos realizados por extraterrestres en tiempos pasados; se cree que son híbridos parte extraterrestre y parte humana, y por lo consiguiente habrían tenido un mayor grado de inteligencia. Estos gigantes se mencionan en la mitología griega (titanes, cíclopes); en México, donde algunas tribus como la Olmeca y la Tolteca, se encargaron de ahuyentarlos hacia el norte y otros hacia el sur; y también en culturas de Norteamérica donde narran como una tribu mato a un grupo de gigantes encerrándolos en cuevas y prendiéndoles fuego.
Existe en Perú un lugar llamado Tiahuanaco que tiene fama de parecer una antigua ciudad de gigantes, por las enormes dimensiones de sus rocas y colosales construcciones. Al igual en Machu Picchu también se cree que hubo participación de gigantes en la construcción de esta gran y maravillosa ciudad Inca.
Esto sin duda nos hace preguntar ¿y dónde están las evidencias? ¿dónde están los restos de estos gigantes?; algunos cráneos encontrados que se dice que son deformaciones craneanas se podrían catalogar también como evidencia de existencia de estos seres debido a su gran tamaño y la extrañeza de sus formas.
Y una de las interrogantes más grandes hoy en día que se pueden relacionar con los gigantes es esta:
¿Quienes construyeron estas colosales estructuras megalíticas y desplazaron grandes monolitos?
Según los habitantes locales de muchos de estos lugares son atribuidas a los GIGANTES.
Los Gigantes que presenció Américo Vespucio (uno de los descubridores de América)
Nos deja la primera relación de Gigantes vivos. En su viaje de 1497 dice llegar a una isla, que posteriormente es llamada Curazao. En carta enviada al rey de España en 1504 dice:
….. partimos y llegamos a otra isla, y encontramos que en ésa habitaba gente muy grande; fuimos en seguida a tierra para ver si encontrábamos agua fresca; y creyendo que la isla estaba despoblada por no ver gente, andando a lo largo de la playa, vimos huellas de gente en la arena muy grandes, y pensamos que si los otros miembros respondían a la medida, que serían hombres grandísimos; andando en esto nos encontramos en un camino que iba tierra adentro, y acordamos nueve de nosotros, y juzgamos que por ser chica la isla no podía haber en ella mucha gente; pero anduvimos por ella para ver qué gente era aquella, y cuando habíamos andado cerca de una legua, vimos en un valle cinco de sus cabañas, que nos parecieron deshabitadas; y fuimos a ellas, y encontramos sólo cinco mujeres, dos viejas y tres muchachas de estatura tan alta que las mirábamos con asombro. Así como nos vieron les entró tanto miedo que no tuvieron ánimo para huir, y las dos viejas comenzaron con palabras a convidarnos trayéndonos muchas cosas para comer; y nos llevaron a una cabaña, y eran de estatura mayor que un hombre grande, que bien serían grandes de cuerpo como fué Francisco degli Albizi, pero de mejores proporciones; de modo que todos tuvimos el propósito de tomar a las tres jóvenes por la fuerza y como cosa maravillosa traerlas a Castilla. Y estando en estos razonamientos, comenzaron a entrar por la puerta de la cabaña unos 36 hombres mucho más grandes que las mujeres, hombres tan bien hechos que era admirable verlos, los cuales nos turbaron tanto que mejor hubiéramos querido estar en las naves que encontrarnos con tal gente.
Traían arcos grandísimos y flechas, con porras, y hablaban entre sí en un tono como si quisieran atacarnos. Viéndonos en tal peligro, hicimos varios consejos entre nosotros, algunos decían que nos echásemos sobre ellos dentro de la casa, y otros que era mejor en el campo, y otros decían que no comenzásemos la contienda hasta tanto viésemos que querían hacer; y acordamos salir de la cabaña e irnos disimuladamente por el camino de las naves; y así lo hicimos, y tomado nuestro camino nos volvimos a las naves, ellos nos seguían siempre a un tiro de piedra, hablando entre sí, creo que no con menos miedo de nosotros que nosotros de ellos, porque alguna vez descansábamos y ellos también, sin acercarse a nosotros; hasta que llegamos a la playa donde estaban los bateles esperándonos.
Entramos en ellos, y cuando nos largamos saltaron y nos tiraron muchas saetas, pero ya poco miedo teníamos de ellos; les disparamos dos tiros de bombarda, más para asustarlos que para hacerles mal, y al estampido huyeron todos al monte; y así nos separamos de ellos y nos pareció salvarnos de una peligrosa jornada. Andaban desnudos del todo como los otros. Llamo a esta isla la Isla de los Gigantes, a causa de su gran talla; y fuimos más adelante bordeando la tierra, en la cual muchas veces nos ocurrió combatir con ellos porque no nos dejaban coger cosa alguna de tierra.
Textos antiguos que evidencian la presencias de gigantes en Brasil y Perú
En las siguientes imágenes vemos el texto del padre Cristóbal de Acuña que acompañó la expedición de Pedro de Texeira de vuelta por el río Amazonasen el año de 1639. Localiza este sacerdote a los gigantes en las cabeceras del actual río Purus.
La segunda imagen es el texto de Fray Pedro Simón que localiza Gigantes en el centro del río Madre de Dios (Perú).
Opinión del Director
Como podrán haber apreciado estimados lectores, existen demasiados testimonios y relatos que nos narran y nos casi afirman la existencia de gigantes en nuestro pasado. Lamentablemente los restos arqueológicos de estos seres no son tomados con la importancia que se debería. Muchos huaqueros (saqueadores de tumbas) narran que muy a menudo en sus excavaciones encuentran huesos de fémur o tibia excesivamente grandes y no se explican como así un hombre podría tener estas dimensiones, sin embargo estos huesos o son dejados en la excavación expuestos a las inclemencias del clima o son destruidos irresponsablemente por creencias o hasta supuestas maldiciones. Creo conveniente que las autoridades del Instituto Nacional de Cultura de Perú (INC) deberían preocuparse un poco más por estos restos; y tener un claro conocimiento de que lo único importante no son los huacos o los mantos o los artefactos de oro; los restos humanos también son importantes y por lo tanto se deberían cuidar con recelo; porque solo haciendo esto podremos llegar a conocer un poco más de nuestra «verdadera» historia y hasta quizás descubramos un poco de aquel arcano origen que rodea a los gigantes del antiguo Perú.