Una nueva imagen gigante en la meseta de Nazca, en Perú, famosa por sus conocidas líneas que forman impresionantes figuras que pueden observarse sólo desde el aire, ha sido descubierta por un grupo de investigadores japoneses.
La imagen tiene 64 metros de largo y parece un animal con algo parecido a cuernos o protuberancias. Lo más parecido a esta imagen es una langosta.
Se cree que fue creada como un símbolo para conseguir buenas cosechas aunque no existen patrones similares en otros lugares y el tipo de animal tampoco parece quedar claro.
La imagen fue encontrada por un equipo de investigadores japoneses entre los que se encontraba Masato Sakai, un profesor asociado a la Universidad de Yamagata tras un análisis de las imágenes obtenidas por un satélite comercial estadounidense. El equipo confirmó que se trataba de una imagen que hasta el momento no había sido descubierta. Esta imagen se encuentra al sur de la meseta de Nazca y nunca fue vista, pese a los aviones turísticos que sobrevuelan la zona.
Dos partes de la imagen que parecen ser cuernos, tienen un gran parecido con otras aparecidas en piezas de barro fechadas entre el 100 a.C. y el 600 d.C., durante el tiempo que floreció la cultura Nazca y se cree que hacen referencia a ritos de fertilidad.
El equipo de investigación utilizó imágenes avanzadas obtenidas del satélite Daichi que fue lanzado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón en enero de este año para crear un mapa de distribución de imágenes de la Tierra que puedan ser vistas desde el aire.
Pero hay una de las imágenes que son más interesantes aún que las figuras de animales o líneas en zig-zag. Se trata de una imagen inusual que han bautizado con el nombre de “el mandala”. Esta imagen es extremadamente remota y se encuentra sobre una árida meseta en la montaña.
La imagen parece haber sido realizada con una precisión excepcional. La imagen está formada por una gran plaza de unos 55 metros de ancho con un círculo en su interior que se extiende por el mismo diámetro. Varios cuadrados más pequeños de unos 6 metros de ancho parecen haber sido grabados en el paisaje junto a varios agujeros que han sido colocados estratégicamente y que, hasta el momento, nadie sabe que pueden representar.