Al igual que las ondas gravitacionales (GW) y los estallidos de rayos gamma (GRB), los estallidos rápidos de radio (FRB) son uno de los fenómenos astronómicos más potentes y misteriosos hasta la fecha. Estos fenómenos de corta duración consisten en llamaradas que liberan más energía en un milisegundo que el Sol en tres días, informa universetoday.com.
Aunque la mayoría de las llamaradas duran sólo unos milisegundos, se han dado raros casos en los que las ráfagas de radio rápidas han sido repetitivas. Aunque los astrónomos no saben qué las provoca.
En el estudio se utilizó el Radiotelescopio Canadiense de Nueva Generación (CHIME), situado en el Observatorio Radio Astrofísico del Dominio (DRAO), en la Columbia Británica.
Con su gran campo de visión y su amplio rango de frecuencias, este telescopio es una herramienta indispensable para detectar FRB (¡hasta la fecha se han descubierto más de 1.000 fuentes!).
Utilizando un nuevo tipo de algoritmo, la colaboración CHIME/FRB permitió a los astrónomos descubrir pruebas de 25 nuevas ráfagas de radio repetitivas en los datos de CHIME registrados entre 2019 y 2021.
A pesar de su naturaleza misteriosa, las FRB son omnipresentes, y los científicos estiman que los eventos llegan a la Tierra unas mil veces al día a través del cielo. Ninguna de las teorías o modelos propuestos hasta la fecha puede explicar completamente todas las propiedades de las llamaradas o fuentes.
Algunos astrónomos creen que están causadas por estrellas de neutrones y agujeros negros. Otros científicos ofrecen otras explicaciones, que van desde los púlsares y magnetares hasta los estallidos de rayos gamma.
Aunque la fuente de las FRB sigue siendo desconocida, es posible que sean generadas por objetos extragalácticos. Aunque no hay pruebas claras de comunicaciones extraterrestres, algunos expertos creen que las FRB podrían ser una forma de comunicación de una civilización extraterrestre.
CHIME se creó originalmente para medir la historia de la expansión del universo mediante la detección de hidrógeno neutro. Unos 370.000 años después del Big Bang, el Universo estaba impregnado de este gas, y los únicos fotones eran la radiación CMB (fondo cósmico de microondas) o la radiación emitida por los átomos de hidrógeno neutro.
Por esta razón, los astrónomos y cosmólogos se refieren a este periodo como la «Edad Oscura», que terminó unos 1.000 millones de años después del Big Bang, cuando las primeras estrellas y galaxias empezaron a reionizar el hidrógeno neutro.
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