Recreación artística de Kepler-186f - DANIELLE FUTSELAAR
Kepler-186f es el primer mundo rocoso del tamaño del nuestro que se encuentra a la distancia adecuada de su estrella como para contener agua líquida en su superficie y, en consecuencia, ser habitable.
Los científicos que rastrean el cielo en busca de nuevos y prometedores mundos han hecho grandes progresos en su búsqueda, incluyendo algunos candidatos que se encuentran en la zona habitable de su estrella, la distancia adecuada como para albergar agua líquida en su superficie. Sin embargo, nunca habían dado con uno que, además de todo eso, fuera rocoso y del mismo tamaño de la Tierra. Ahora, por fin, un equipo internacional de astrónomos ha encontrado un planeta de esas características, que puede ser habitable. Llamado Kepler-186f, es el quinto y más externo de su sistema, situado a 490 años luz.
Kepler-186f y sus cuatro compañeros fueron descubiertos por la nave espacial Kepler de la NASA, lanzada en marzo de 2009, por el método de tránsito, que detecta posibles planetas cuando pasan por delante de su estrella y causan una muy pequeña pero periódica atenuación de su brillo. Los astrónomos explican en la revista Science que el nuevo candidato es ligeramente más grande que la Tierra -unos 1,1 radios terrestres-, aunque por el momento desconocen su masa. Creen que existen muchas posibilidades de que tenga una superficie rocosa en vez de una envoltura de hidrógeno y helio como un mundo gaseoso.
Los planetas rocosos como la Tierra, Marte y Venus ganaron sus atmósferas cuando gases volcánicos como el dióxido de carbono y el vapor de agua fueron liberados de su interior. Los que se encuentran en la zona habitable como nuestra bola azul orbitan a la distancia de su estrella en la cual el vapor de agua puede permanecer en estado líquido en la superficie. Los que son como Venus y orbitan un poco más cerca del Sol pierden su agua líquida y están cubiertos principalmente por dióxido de carbono. Los que como Marte orbitan más lejos del Sol que la Tierra, tienen el agua en forma de hielo.
Kepler-186f parece estar en órbita en el borde exterior de la zona habitable alrededor de su estrella, lo que podría significar que cualquier agua líquida estaría en peligro de congelación. «Sin embargo, también es un poco más grande que la Tierra, por lo que la esperanza es que esto dé lugar a una atmósfera más densa que proporcione un aislamiento adicional», explica Stephen Kane, de la Universidad Estatal de San Francisco y uno de los autores de la investigación. Esta circunstancia puede hacer que la superficie sea lo suficientemente caliente como para mantener el agua líquida.
«Algunas personas llaman a estos planetas habitables, pero por supuesto no tenemos ninguna idea de si lo son en realidad», matiza Kane. «Nosotros simplemente sabemos que están en la zona habitable, y ese es el mejor lugar para empezar a buscar planetas habitables».
Una estrella pequeña y fría
Aunque Kepler-186f muestra signos similares a la Tierra, Kane señala que sus diferencias también son fascinantes. Por ejemplo, la estrella alrededor de la que gira es «muy diferente de nuestro Sol». Kepler-186 es una estrella enana M, mucho más pequeña y fría que el astro rey. Estas estrellas son abundantes en nuestra galaxia y tienen algunas características que las hacen prometedores lugares para buscar vida. «Por ejemplo, las pequeñas estrellas viven mucho más tiempo que las más grandes -apunta Kane-, lo que significa que hay un período de tiempo mucho más largo para que se produzcan la evolución biológica y las reacciones bioquímicas en su superficie».
Sin embargo, las pequeñas estrellas tienden a ser más activas que las del tamaño de nuestro Sol, enviando más erupciones solares y potencialmente más radiación hacia la superficie de un planeta. «La diversidad de estos exoplanetas es una de las cosas más emocionantes», dice Kane. «Estamos tratando de comprender hasta qué punto es común nuestro Sistema Solar, y cuanto más diversidad vemos, más nos ayuda a entender cuál es en realidad la respuesta a esa pregunta».