Este jueves una potente explosión allanará el terreno para la instalación del telescopio E-ELT que, entre otras cosas, buscará vida en otros planetas. Mientras, la instalación de ALMA, que ha de buscar respuestas al origen del Universo, ha concluido.

El silencio del desierto de Atacama, en Chile, será interrumpido este jueves por una ensordecedora explosión de dinamita que hará volar casi un millón de toneladas de roca en el Cerro Armazones. El objetivo es abrir una extensión de espacio suficiente para poder instalar el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT, por sus siglas en inglés), uno de los proyectos más ambiciosos del Observatorio Europeo del Sur. El aparato quedará ubicado a 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar y pasará a ser el telescopio óptico y de infrarrojo más grande del mundo.

Chile prepara el terreno para plantar el 'ojo' que buscará vida en otros planetas
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Apodado ya como ‘el ojo más grande del mundo en el cielo’, el E-ELT captará 15 veces más luz que cualquier otro telescopio óptico y las imágenes que obtendrá serán 16 veces más nítidas que las del Telescopio Espacial Hubble. Con su ayuda, los astrónomos podrán apreciar la luz tenue de las primeras estrellas y recoger señales de vida en planetas más allá de nuestro sistema solar.

«El E-ELT permitirá a los astrónomos llegar más lejos en el espacio, más atrás en el tiempo y a un conocimiento más íntimo del funcionamiento del Universo que cualquier otro telescopio óptico-infrarrojo jamás construido», afirma Aprajita Verma, investigador de la Universidad de Oxford implicado en el proyecto. Se estima que este telescopio podría entrar en funcionamiento en 2024.

El ALMA ‘verá’ el origen del universo

Por otro lado, ALMA, el mayor radiotelescopio del mundo, ya ha sido completado. «La instalación de la antena número 66 en el Sitio de Operaciones del Conjunto representa la etapa final de la construcción de ALMA», anunció Pierre Cox, director de este observatorio astronómico.

El mayor radiotelescopio del mundo comenzó a construirse en el año 2003 en el Llano de Chajnantor. Su objetivo es poder ‘ver’ el comienzo del Universo, hace unos 15.000 millones de años, para que los científicos puedan comprender cómo nacieron las estrellas, planetas y galaxias. «En un hecho muy importante contar con esta antena de una potencia esencial para los futuros descubrimientos», ha destacado Cox.