Tras largos debates que han tomado muchos años, mucho se ha especulado sobre la posible presencia de planetas oscuros en nuestro sistema solar, más allá de Plutón. Sin embargo, hay nuevas noticias: científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han llegado a la conclusión, en base a cálculos, que existirían al menos dos planetas más en los confines de nuestro sistema.
Se cree que esto explicaría el comportamiento de los objetos transneptunianos extremos (ETNO por sus siglas en inglés).
Según la teoría estos objetos que se encuentran más allá de Neptuno deberían distribuirse de forma aleatoria, y por un sesgo observacional. Además su órbita tiene que cumplir una serie de características: tener un semieje mayor con un valor de unas 150 UA (unidades astronómicas o veces la distancia entre la Tierra y el Sol), una inclinación casi de 0º y un argumento o ángulo del perihelio (punto de la órbita más próximo a nuestra estrella) también cercano a 0º o a 180º.
Pero lo que se observa en una docena de estos cuerpos es bastante diferente: los valores del semieje mayor son muy dispersos (entre 150 UA y 525 UA), la inclinación media de la órbita ronda los 20º y su argumento del perihelio es de unos –31º, sin aparecer ni un solo caso cercano a 180º.
“Este exceso de objetos con parámetros orbitales distintos a los esperados nos hace pensar que algunas fuerzas invisibles están alterando la distribución de los elementos orbitales de los ETNO, y consideramos que la explicación más probable es que existen planetas desconocidos más allá de Neptuno y Plutón”, explica Carlos de la Fuente Marcos, científico de la UCM y coautor del trabajo.
“El número exacto es incierto, dado que los datos que tenemos son limitados, pero nuestros cálculos sugieren que por lo menos hay dos planetas, y probablemente más, en los confines de nuestro sistema solar”, añade el astrofísico.
Los investigadores han analizado los efectos del llamado «mecanismo Kozai» que está relacionado con la perturbación gravitacional que ejerce un cuerpo grande sobre la órbita de otros objeto más pequeño y lejano. Se han basado en el caso del cometa 96P/Machholz1 y la influencia que Júpiter ejerce sobre él. El estudio ha sido publicado en dos artículos de la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society Letters.
Los científicos responsables del estudio son conscientes de que están frente a dos problemas. El primero: su planteamiento está en contra de lo que predicen los modelos actuales de formación del sistema solar, que plantean que no pueden existir planetas desplazándose en órbitas circulares más allá de Neptuno.
Sin embargo, el reciente descubrimiento del radiotelescopio ALMA de un disco de formación de planetas a más de 100 unidades astronómicas de la estrella HL Tauri, más joven y de menor masa que el Sol, sugiere que sí se pueden formar planetas a varios centenares de unidades astronómicas del centro del sistema.
Por otra parte, el equipo reconoce que su análisis está basado en una muestra con pocos objetos (13, concretamente), pero adelantan que en los próximos meses se van a hacer públicos más resultados con una muestra mayor. “Si se confirma, nuestro resultado puede ser realmente revolucionario en astronomía”, apunta De la Fuente Marcos.
El año pasado dos investigadores estadounidenses también descubrieron un planeta enano llamado 2012 VP113 en la nube de Oort, que se encuentra más allá del sistema solar. Los descubridores consideran que su órbita se ve influenciada por la posible presencia de una supertierra oscura y gélida, de un tamaño hasta diez veces el de nuestro planeta.