Hace unos años, surgieron revelaciones sobre la localización del Arca de la Alianza y hasta una supuesta evidencia fotográfica. La persona que afirmó haber visto e incluso fotografiado, lo que él cree fue el Arca, es Giuseppe Claudio Infranca.
Giuseppe Claudio Infranca, arquitecto y profesor de restauración arquitectónica y arqueológica de la Universidad de Roma «La Sapienza», Palermo, Reggio Calabria y el Politécnico de Bari ha escrito un libro sobre su experiencia increíble personal, relativa a la Arca Santa.
Él, a raíz de una misión arqueológica y de restauración de CNR en el Parque Obelisco de Axum, fue invitado por el clero local para visitar el Santuario de Santa María de Sión, gravemente dañada por los bombardeos en la cobertura de la guerra civil de Etiopía.
En ese breve visita, Giuseppe Claudio Infranca se introdujo subrepticiamente en el Sanctasanctórum, que revela la presencia del Arca bíblica del Pacto.
Según sus declaraciones él estuvo en el lugar por 15 minutos aproximadamente. Desde el primer momento logró ver una pieza de oro macizo cubierta con un manto grueso y de color rojizo. También declaró haber tocado el manto, y percibido que se trataba de un tejido muy antiguo, grueso y pesado. Además afirma que minutos después de haber ingresado al recinto, comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza y un zumbido que se prolongó por varias horas. Pero, él fue sorprendido por un niño y un anciano (al parecer encargados de cuidar el lugar), sin embargo momentos antes pudo tomar una fotografía. Durante años, prefirió ocultar la increíble historia de la que fue protagonista.
Esta es la fotografía que, según Giuseppe Claudio Infranca, tomó aquel día:
En la parte superior de este artefacto, se puede ver (también según declaraciones de Giuseppe Infranca) parte de un ala de los dos querubines que pueden verse en todas las representaciones existentes del Arca.
Un aspecto que siempre ha fascinado a los estudiosos de este hecho bíblico e histórico, es que según escritos, quien se acercara al Arca o la toque moriría o sufriría graves consecuencias. Muchos investigadores plantearon que la gente que se acercaba a ella moría electrocutada o por exposición a algo similar a la radiación. Tal fue el caso de Ozías, relatado en el Antiguo Testamento, quien cogió el Arca con sus manos durante su transporte en la Ciudad Santa en un intento de evitar la zozobra debido al balanceo del vagón en el que se transportaba. La Biblia dice esto:
«… la ira del Señor se encendió contra Ozías, el Todopoderoso le golpeó por su pecado, y murió en el acto en el arca de Dios.»
Giuseppe Infranca luego de tener ese constante zumbido y después de haber padecido ese fuerte dolor de cabeza, afirma haber ido a un médico, el cual diagnosticó que estuvo expuesto a ultrasonido, es decir a una una onda acústica o sonora cuya frecuencia está por encima del umbral de audición del oído humano (aproximadamente 20.000 Hz). Sin duda algo curioso y que tendría algo que ver con los escritos antiguos que dicen que el Arca era un arma letal.
Giuseppe Infranca escribiría un libro llamado «El Arca de la Alianza – El tabernáculo de Dios – Diario de un descubrimiento», relatando todo lo vivido en aquella singular experiencia.
¿Cómo llegó al Arca a Etopía?
En 1992 el escritor Graham Hancock, publicó un texto extremadamente desconcertante cuando, después de años de averiguaciones e investigaciones de campo, dio a conocer al mundo occidental una tradición etíope a la que pocos parecían haber prestado el interés requerido. La obra de Hancock se basa en una creencia muy antigua de Etiopía y codificada dentro de uno de los libros más sagrados de este pueblo, el Kebra Negast.
El Kebra Nagast o Libro de la Gloria de los Reyes de Etiopía, es una crónica pretendidamente histórica de los reyes de Etiopía, que remonta su genealogía hasta Menelik I, hijo del Rey Salomón y de la Reina de Saba, y contiene una serie de tradiciones sobre la monarquía etíope.
El Kebra Nagast, hizo su primera aparición a finales del siglo XIV y cuenta cómo Menelik había robado el Arca del templo de su padre, apoyado por un grupo de judíos religiosos rebeldes.
El destino final de la reliquia sería la ciudad de Axum, donde se mantendrían por siglos y en donde supuestamente seguiría hasta hoy (tal como afirma Giuseppe Infranca, y si no ha sido robada) en la iglesia de Santa María de Sión.
Los judios de Etiopía, o los Falashas de Menelik, se convertirían así en los guardianes eternos del símbolo tangible del Pacto Alianza entre Dios y Moisés.
El supuesto robo del Arca de la Alianza
En el año 2014 una noticia (aunque no tan difundida y no confirmada) sacudió algunos rincones del internet.
El Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Etíope Tewahedo, Su Santidad Abuna Mathias, anunció en noviembre (2014) que el tesoro bíblico más preciado en el mundo, el Arca de la Alianza, ha sido robada del sótano de la Iglesia de Nuestra Señora María Sión.
Se dijo que la operación criminal, fue llevada a cabo por un grupo de de doce a dieciséis personas altamente cualificadas que llegaron en dos helicópteros militares negros. La nave aterrizó a menos de 500 metros de distancia de su objetivo y se supone que vino de Oriente.
Los hombres vestían uniformes negros de estilo militar y parecían moverse como una unidad de ejército bien coordinada. Poseían equipos para visión nocturna y armados con armas de grueso calibre que les dio una ventaja increíble sobre las fuerzas de seguridad locales.
De hecho, la protección del Arca había sido dejado a un grupo de voluntarios entrenados, ya que la antigua estructura sagrada tendría que protegerse de las personas con intenciones impuras. Por esta razón, la Iglesia ha decidido aplicar una mayor seguridad .
Así, once guardias y voluntarios armados con fusiles Kalasnikov (AK-47) presentes en el lugar para defender el Arca fueron neutralizados por los delincuentes con algunas granadas de alta tecnología, que emitió un raro tipo de gas para dormir sobre la base de opio.
Los delincuentes estaban provistos de todo lo necesario para realizar un trabajo rápido y efectivo. Utilizaron martillos neumáticos y explosivos para ensanchar los pasillos en varios pasajes en los conductores de catacumbas Ark, con el fin de extraer el gran cofre de la bóveda subterránea.
Toda la operación se completó en menos de una hora, un tiempo increíblemente corto teniendo en cuenta el número de obstáculos que superar. Esta increíble eficiencia sugiere que los ladrones se entrenaron en repetidas ocasiones.Durante mucho tiempo, la Iglesia ortodoxa etíope ha dicho que posee el Arca de la Alianza, pero sólo recientemente se ha llegado a saber que se conserva en una capilla de la pequeña ciudad de Axum, en la sierra norte del país.
Ante la sorprendente noticia y la no confirmación de tales hechos no se puede afirmar que el Arca haya sido robada, pues tampoco existe confirmación de que la misma se encuentre en Etiopía. Como estrategia para despistar curiosos es genial, pues me resulta impensable que revelen en donde se encuentra una de las reliquias religiosas más buscadas de la historia, y codiciada por muchos personajes debido a toda la serie de historias extraordinarias que rodean al Arca de la Alianza.
Artículo elaborado por: Fernando Távara.
Fuentes de consulta:
Libro L’Arca dell’Alleanza. Il tabernacolo di Dio – di Giuseppe Claudio Infranca. Youtube
SI LA HUBIERAN ROBADO HUBIERAN MUERTO AL TOCARLA. SE SUPONE QUE QUIEN LA TOCABA MORÍA POR SER PECADO ANTE DIOS.
la podian tocar solo usando los barrales laterales, asi la trasportabban