El estadounidense Mark Douhane pretendía realizar un time-lapse de la Vía Láctea cuando notó un fenómeno curioso: un pequeño fogonazo en el cielo. Al revisar la grabación de las varias cámaras que había dispuesto en Shark Fin Cove, en la costa de California, se dio cuenta de que uno de los dispositivos había registrado ese momento.
Se trataría de la explosión de un meteorito, a la que siguió una lluvia de finas partículas que es prácticamente invisible hasta que se ralentiza y se amplía la imagen. Puesto que la cámara disparaba fotografías consecutivas de 15 segundos de exposición, el autor del vídeo ha calculado que la lluvia de ese polvo del meteorito duró algo más de 12 minutos.
En el vídeo también es posible disfrutar por unos breves instantes la belleza e inmensidad de la Vía Láctea.