Cortesía: MysteryScience.net

No debemos sorprendernos si descubrimos que algunos temas y personajes que aparecen en películas de ciencia ficción o, como en este caso, de super héroes no son totalmente falsos, sino que en realidad existen. Ese es el caso de la raza exraterrestre conocida como Los Chitauri y que se vería más difundida ras el estreno de la película «Avengers».

Los Chitauri en «Avengers», son una raza extraterrestre que tiene como objetivo conquistar la Tierra y someternos a todos. Los Chitauri en la realidad según algunas antiguas tradiciones zulúes serían seres extraterrestre de aspecto reptil y que habrían tenido contacto directo con humanos en el pasado y que inclusive habrían llevado a cabo sus planes siniestros, y que posiblemente aún lo hagan.

¿Sorprendidos?

 

David Icke
David Icke

El escritor y conferencista David Vaughan Icke, conocido y cuestionado por difundir en sus obras la idea de que existe una fuerza oculta que controla la humanidad, entrevistó en el año 1998 al Chamán africano Credo Mutwa, el cuál le transmitió antiguas tradiciones de la sabiduría Zulú. Aqui cabe resaltar que Credo Mutwa aparte de poseer el grado de Zanuzzi (Chamán Zulú) y Zangoma (Guardián de la tradición Zulú).

El conocimiento que el Chamán Credo Mutwa entrega en la conversación con David Icke comprende un legado de sabiduría, proveniente de etnias Africanas, con respecto a la existencia de antiguas y diversas razas al parecer de orígen extraterrestre, que llegaron hace siglos a la Tierra. A una de esas razas se les conoce como: Chitauri (seres Reptiloides o Reptilianos).

 

El siguiente texto es un extracto de los testimonios acerca de los seres Chitauri, que recibió David Icke en la entrevista realizada a Credo Mutwa:

«Los seres humanos de tiempos pasados no podían hablar, no tenían el don del lenguaje, solo hacían sonidos similares a los que realizan los monos y los mandriles. La gente se comunicaba a través de la mente (telepatía). Un hombre podía llamar a su esposa pensando en ella, pensando en diversas características de su cuerpo, como su cara, u aroma, su cabello. También hombres y mujeres podían mover objetos con la mente (telequinesis), podían ver el futuro y el pasado, podían viajar espiritualmente a diferentes mundos (desdoblamiento astral).

Un cazador salía al matorral y llamaba a los animales, los animales enviaban al especimen que estaba más viejo y cansado, este se arodillaba ante el hombrevpara que éste pudiera matarlo rápidamente y llevarse la carne. En aquel entonces no existía la violencia contra los animales. No existía la violencia contra la naturaleza. El hombre pedía comida a la naturaleza, él se acercaba a uno de los árboles y pensaba en la fruta, el árbol permitía que algunas frutas cayeran al piso, y el hombre las recogía.

Hasta que, un día arriba en el cielo, aparecieron terribles objetos. Similares a esferas gigantes que relucían como el oro más brillante, eran tan grandes como las montañas y más. Vinieron del cielo haciendo un ruido tremendo, emanando fuego.

De esos enormes objetos salieron otros que parecían platos hondos que lanzaban fuego y ruido, además vientos que levantaban mucho polvo y cegaban la vista. De esos objetos salieron: los Chitauri, que según Credo Mutwa pueden ser criaturas híbridas, humanoides e inteligentes, producto de una antigua realización de ingeniería genética extraterrestre, que tuvo como base ADN de los dinosaurios. En 1980 el paleontólogo americano Dale Rusell dio a conocer que podrìa existir una criatura reptil en la Tierra y que sería sobreviviente de la época de los dinosaurios.

Los Chitauri, le dijeron a los humanos (quienes fueron reunidos utilizando violencia, es decir rayos de energía en forma de relámpago), que ellos eran los grandes dioses del cielo, y que les darían a los grandes dones, siempre y cuando los adoraran y aceptaran como sus dioses creadores. También prometieron volver dioses a los humanos, si estos los aceptaban; y los humanos estuvieron de acuerdo.

Los Chitauri dieron a los humanos: el don del Lenguaje. La gente empezó a hablar con sus bocas, cuando anteriormente lo hacían con sus mentes. Ahí surgió un gran problema, porque les fueron entregadas al hombre una infinidad de lenguas al azar, lo que causó que no se pudieran comunicar. La gente se dio cuenta que habían pagado un alto precio al intercambiar la comunicación mental por la comunicación verbal.

Cuando los Chitauri llegaron los humanos se dividieron, tanto en espíritu como por el lenguaje. Entonces, los Chitauri le dieron extraños sentimientos a los seres humanos. Los humanos comenzaron a sentirse inseguros, y empezaron a construir aldeas con fuertes cercas de madera. Empezaron a crear tribus y se crearon las fronteras entre territorios, las cuales se defendían a muerte; originando así las guerras, la codicia y ambición humana.

Ellos (los Chitauri) gustan de poner a los humanos contra los humanos; disfrutan haciéndonos sus esclavos sin que nosotros seamos concientes de ello.

Los Chitauri se alimentan de la energía que los seres humanos les brindamos. Ellos son los causantes de las disputas entre grupos, el miedo y el terror. Cuando una gran masa de personas están enojados ovtemerosos, los Chitauri se alimentan de esa energía. Ellos se alimentan de lo que llamamos ‘El Poder Oscuro’.

Hoy, los descendientes del Chitauri, utilizan a otros seres como sus siervos, capaces de causar dolor físico y trauma emocional en sus víctimas humanas. Los afamados Seres Grises, son los lacayos y los sirvientes de los Chitauri. Los llamamos Mandinga, que significa (Los Atormentadores o los torturadores).

Son criaturas de baja estatura, del tamaño de un pigmeo africano. Sus cabezas son tan grandes como una sandía madura. Tienen brazos y piernas muy delgados. Sus extremidades son muy largas para su cuerpo y sus cuellos muy delgados.

 

El siguiente vídeo muestra la entrevista hecha por David Icke a Credo Mutwa, en donde se transmite el legado de antiguas etnias africanas y que tienen que ver con razas extraterrestres que entraron en contacto con el humano en la antigüedad, con el fin de someterlo.

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