Científicos italianos presentaron una hipótesis que trata de la posible causa del desastre que azotó la isla de Cerdeña, en el extremo oeste del Mediterráneo, en el año 1175 a.C. Se establece que la causa habría sido el impacto de un cometa y un posterior tsunami, y que esto habría servido de inspiración a Platón para la mítica Atlantis.

Una vez más, los expertos han reabierto el eterno debate sobre la existencia de la Atlántida, la ciudad avanzada sorprenderte a su tiempo y que quedó, presuntamente, sepultada bajo las aguas. En este caso, el encargado de avivar el fuego derivado de esta leyenda ha sido Sergio Frau (uno de los fundadores del diario «La Republicca» e investigador, desde hace más de 10 años, de todo lo relacionado con esta civilización). El italiano cree que esta región se hallaba en uno de los extremos de la isla italiana de Cerdeña y que se hundió después de una serie de catástrofes naturales sucedidas en la zona.

Aunque la teoría no es nueva (es una de las que se llevan tratando de demostrar durante años desde que Platón desvelara en sus escritos la existencia de la Atlántida), Frau afirma que sustenta sus conclusiones en los Nuraghi, una serie de fortalezas construidas entre los siglos XVI y XII a.C. en Cerdeña. Al parecer, y según explica la versión digital del diario «The Guardian», estas construcciones son sumamente avanzadas para su tiempo y podrían haber sido edificadas por esta civilziación. De momento, esta es una de las decenas de teorías que existen sobre dichos edificios, cuyo origen y función son desconocidos.

El investigador dice que el sur de Cerdeña se asemeja a una «Pompeya sumergida en lodo», donde a mediados del siglo pasado se han hallado herramientas de metal, cerámica, tiestos, lamparas de aceite, etc… sugiriendo que los antiguos pobladores abandonaron el lugar apresuradamente.
El investigador dice que el sur de Cerdeña se asemeja a una «Pompeya sumergida en lodo», donde a mediados del siglo pasado se han hallado herramientas de metal, cerámica, tiestos, lamparas de aceite, etc… sugiriendo que los antiguos pobladores abandonaron el lugar apresuradamente.

Las conclusiones han sido establecidas por el propio Frau durante un viaje que, el pasado junio, realizó a Cerdeña acompañado por varios científicos. Visita que cubrió pormenorizadamente el diario «Le Monde» y que ha sido dada a conocer también a través de «The Guardian». En base a sus hallazgos, el italiano ha señalado que la Atlántida se hallaba en uno de los extremos de la isla que se habría hundido después de que un cometa provocara un gigantesco maremoto en el año 1175 a.C.. «El extremo sur se asemeja a una Pompeya sumergida por el lodo», ha explicado este investigador señalando, además, que en esta zona se han encontrado todo tipo de herramientas fechadas hace siglos.

Evidencias y suposiciones

Entre las pruebas que presenta el equipo de Frau, se encuentra la existencia de los Nuraghi, una serie de fortalezas cuya función es, a día de hoy, discutida (se cree que podrían ser construcciones para rendir culto a la Luna). El que sean fechadas antes en torno al año 1175 a.C. hace pensar a los italianos que podrían haber sido construidas por los atlantes. Lo cierto es que la primitiva tecnología con la que fueron levantadas era sumamente avanzada para la época, pues aquellos que les dieron forma lograron -por ejemplo- que en su interior se pudiesen almacenar alimentos a una temperatura similar durante todo un año.

Le nuraghe de Barumini, en Sardaigne. © AERONIKE MASSIMO
Le nuraghe de Barumini, en Sardaigne. © AERONIKE MASSIMO

Por otro lado, los expertos se basan en una serie de escritos del historiador Plutarco que afirman que Cerdeña se sumió en una época de tinieblas en el año 1175 a.C. Época en la que, en palabras de varios arqueólogos e historiadores, un enorme maremoto sacudió la isla obligando a sus habitantes a huir hacia varias zonas seguras de la región. El por qué se sucedió este desastre es desconocido a día de hoy, aunque una de las explicaciones determina que fue provocado por la caída de un cometa, la cual cree el propio Frau: «Un cometa que cae al mar provoca una gigantesca onda que se propaga en pocos segundos aumentando hasta cinco veces su tamaño».

Stefano Tinti, un geofísico y experto en maremotos, también está convencido que la hipótesis presentada es correcta. «A un cometa que impacta el mar a una velocidad de 20 km por segundo le toma menos de un segundo propagar una ola, con un incremento de cuatro a cinco veces del nivel del mar», declaró Tinti ante Le Monde.

El próximo paso para los científicos es echar un vistazo submarino para hallar evidencia del impacto de un cometa.