Área 51 y sus secretos. Esa base que fue reconocida hace pocos años, y que sigue vigente.

El Área 51 se encuentra en las coordenadas: 37°14′19.66″N 115°48′37.81″O / 37.2387944, -115.8105028 En medio del desierto de Nevada en USA, llamada también Groom Lake, Watertown, Cuadrado Rojo o Dreamland. ¿Cuáles son los secretos del ÁREA 51?

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El Área 51 es una instalación militar se ha convertido en leyenda y en el blanco favorito de los ufólogos y curiosos debido a los innumerables testimonios y evidencias obtenidos por los investigadores, que demostrarían que en ese lugar se encuentra una de las tantas áreas cedidas por el gobierno norteamericano a seres de origen extraterrestre.

Esta sesión está enmarcada en un convenio secreto de intercambio de tecnología y conocimientos, que, según nos relatan las historias, habría comenzado luego del final de la segunda guerra mundial y en el que participarían, además, otras superpotencias en mayor o menor grado, siendo Inglaterra y Estados Unidos los principales miembros del pacto secreto.

Cientos son las personas que afirman que en ese lugar, principalmente de noche, se pueden apreciar luces extrañas que despegan y aterrizan y que su comportamiento no se asemeja a ningún aparato volador convencional, y que más bien corresponderían a naves alienígenas que son capaces de romper toda la lógica aerodinámica conocida con toda clase de maniobras, giros y las aceleraciones en vuelo imposibles de ser igualados por aparatos terrestres.

Descritas como bolas de luz que flotan en el aire y alcanzan velocidades colosales en milésimas de segundos, existen muchas fotografías y filmaciones que avalarían los testimonios antes descritos, no sólo de la existencia de estas extrañas aeronaves, sino también de la relación que existe entre el gobierno norteamericano y seres alienígenas.

Los Secretos del Área 51

Desde mediados de la década de los cuarenta, y hasta nuestros días se han registrado «oficialmente» los estrellamientos de más de cuarenta platillos voladores en diferentes regiones del planeta y especialmente en lugares apartados de Estados Unidos, y de éstos se habrían rescatado más de cien cadáveres de alienígenas, incluso algunos vivos.

En vista de lo anterior, es lógico que el gobierno norteamericano se viera en la obligación de establecer una o varias bases secretas destinadas única y exclusivamente a investigar tanto la tecnología como la fisiología orgánica de los extraños visitantes, apoyados por personal de élite en cada una de las operaciones de investigación, y comprometidos firmemente en la causa encubridora del gobierno.

El Proyecto Libro Azul, el MJ-12, los proyectos Sing y Grunge, habrían servido de cortinas de humo, que mantendrían ocupados a los investigadores, a la población, a ciertos sectores del ámbito político y científico que aceptaba la existencia de vida extraterrena con explicaciones poco claras y rebuscadas.

Mientras estos factores trataban de convencer que se trataba de acontecimientos lógicos y explicables, una fracción selecta de investigadores y científicos, más que nada militares, se ocupaba de investigar los extraños aparatos y seres que oficialmente no existían.

Como secreta que es -o era-, el Área 51 no aparece en ninguno de los mapas oficiales de los Estados Unidos, y sólo una vez fue mencionada como Área 51 (de ahí su famoso nombre) en un mapa del ejercito norteamericano realizado, con motivo de una visita oficial del presidente Jhon F. Kennedy a Nevada, aunque sus instalaciones son perfectamente visibles desde las montañas colindantes.

Pero, oficialmente siempre se negó rotundamente su existencia, y no fue sino hasta que un satélite espía soviético envío un fotografía, donde claramente de apreciaba una base militar secreta a orillas de Groon Lake en el desierto de Nevada, que fue reconocida su existencia como instalación experimental norteamericana en 1994.

Permanentemente acosada desde entonces por ufólogos del mundo entero y convertida en la meca de la ufología, se encuentra altamente resguardada por personal militar que patrulla día y noche el sector, movilizados en jeep blancos fuertemente armados y con órdenes de disparar a matar a cualquier intruso que se acerque a los más de 10.000 Km2. por los cuales se extiende la Base.

Además, la zona se encuentra vigilada por cámaras de alta sensibilidad dotadas de dispositivos de visión nocturna, micrófonos de largo alcance y sensores de movimiento.

A pesar de contar con extrañas pistas de aterrizaje -donde se lee curiosamente «NOT FOR LANDING», «NO ATERRIZAR»- todos los vuelos sobre esa zona están prohibidos, y los osados que lo han intentado han sido interceptados por cazas de combate o por los legendarios helicópteros negros (que siempre que se trata de un asunto de carácter ufológico hacen su misteriosa aparición) que vigilan el espacio aéreo y obligados a descender.

No son pocos los periodistas, ufólogos o simplemente curiosos que han sido capturados por los guardias que custodian el lugar y que han tenido que pagar altísimas multas, o penas de prisión en el peor de los casos, por estar escudriñando en un vasto y desolado paraje desértico, que aunque para el gobierno del país del norte no existía, irónicamente esta prohibido.

Si la información que se desprendía de las investigaciones sobre los acontecimientos que ocurrían dentro del Área 51 parecían algo fantasiosas y poco probables, las especulaciones de los investigadores de todo el mundo se vieron corroboradas, al menos en parte, con la aparición pública de un científico, un físico para ser más exactos, en un programa de la televisión norteamericana, que ocultando su rostro afirmaba haber sido parte del equipo que trabajó en la base de máxima seguridad de Nellis, 130 Km. al norte de las Vegas, dentro del Área 51, en una sección llamada S-4, que reunía a un grupo de científicos cuya misión era la de analizar y duplicar los sistemas de propulsión de las naves que se encontraban en los hangares del Área 51.

En sus declaraciones se menciona la existencia al menos de nueve platillos voladores (los que él vio) que serían de origen extraterrestre. Éstos estarían siendo desmantelados y algunos se encuentran en varios estados de despiece, construidos con otros elementos. Se les hacen pruebas de vuelo y están siendo analizados.

Algunos están intactos y funcionan perfectamente. Al menos, la mitad estarían operativos y el resto habrían sido desmantelados para analizar sus componentes. Al principio él creía que se trataba de máquinas secretas diseñadas por la Fuerza Aérea, pero cuando inició los análisis de los aparatos se dio cuenta de que no se correspondían con nada visto en la Tierra y que el gobierno norteamericano pretendía aprovechar la tecnología que éstos ocultaban en proyectos supersecretos y que, incluso, existía una conexión entre el gobierno y los seres alienígenas, supuestos tripulantes de las naves, afirmando que en la base se encontraban varios de estos seres trabajando a la par con científicos y militares en otras secciones del lugar.

Los Secretos del Área 51

Luego de esta misteriosa aparición, en diciembre de 1989, este físico que desató una gran polémica mundial dio por fin la cara. Se trataba de Robert Lazar, un destacado hombre de ciencia al cual se le comprobó su participación en proyectos militares de alta seguridad para la empresa Sandia asociada a los laboratorios militares norteamericanos en Nuevo México.

Después de que sus declaraciones sobre las actividades secretas en Nevada se hicieran públicas, Lazar comenzó a denunciar una política de amedrentamiento y acoso por parte de altos oficiales que tenían relación directa con el tema de Área 51.

En una ocasión declaró públicamente que lo que se pretendía, tras su expulsión de la base de Nellis, era no sólo desprestigiarlo públicamente, sino hacer desaparecer cualquier rastro de su pasado como científico y su labor en la sección S-4 dentro del Área 51, y más aún, como ciudadano norteamericano.

Efectivamente, sus credenciales del Instituto Tecnológico de Massachussets ( MIT ) y el Instituto Californiano de Tecnología (Cal Tech ), donde Lazar había cursado sus estudios, desaparecieron tras sus apariciones televisivas, y ha sido muy difícil establecer con certeza que es quien dice ser.

Las descripciones que Robert Lazar hizo sobre la nave que analizó en su estadía en la base de Groom Lake es la siguiente: Descripción del exterior : La apariencia externa de la nave es de un tipo de metal de acero inoxidable sin pulir.

Cuando no está energizada, se posa en su vientre (su parte inferior) y no en las piernas que emergen de éste y forman un trípode.

En medio de la parte superior se encuentra la puerta de entrada que es apenas una porción inferior que se envuelve alrededor del labio del centro del disco.

Descripción del Interior: El interior de la nave se divide en tres niveles. El nivel inferior es donde se localizan los tres «Amplificadores de Gravedad» y sus guías de onda.

El reactor está situado directamente sobre los tres amplificadores de gravedad en el nivel del centro y en medio de ellos.

Este nivel central también acoge los sistemas de control del disco y los asientos para los tripulantes, que por sus pequeñas dimensiones no ha sido diseñado para seres humanos adultos.

Las paredes del nivel del centro se dividen en paneles. Cuando el disco se energiza, uno de los paneles se vuelve transparente y se puede ver hacia el exterior como si se tratara de una ventana. Todo el interior del disco esta fabricado de un material como la cera, y en él no se observa ningún borde en ángulo ni ninguna terminación en punta, pareciendo haber sido diseñado con algún proceso de inyección de aire sobre material derretido y luego enfriado. Del tercer nivel no existe referencia. Lazar no estaba autorizado para entrar en él.

El reactor del disco opera con un combustible que no se encuentra en estado natural en la Tierra. Este combustible es altamente pesado e inestable, y se le conoce con el número atómico de «Elemento 115», no existiendo en nuestra tabla periódica, que solo acepta oficialmente hasta el elemento 112. El elemento 115 tiene un propósito doble: Primero, es la fuente de una onda desconocida para los científicos de la Tierra, la onda de «Gravedad A».

En segundo lugar, es la fuente de la radiación «Antimateria» que se reacciona para proporcionar potencia. Las emisiones de onda de la Gravedad A, provocadas por el núcleo del elemento 115, se extienden más allá del perímetro del átomo, y son amplificadas por los amplificadores de la nave, y enfocadas en un punto determinado para provocar una curvatura del espacio tiempo que permitiría dar un salto de un punto a otro del universo, donde ni el espacio ni el tiempo existirían, porque serían anulados por un campo gravitacional artificial comparable a un pequeño agujero negro.

Dentro del reactor, el Elemento 115 se transforma en el elemento 116, el cual es sumamente inestable y se aniquila inmediatamente después de la reacción antimateria. La antimateria, en conjunto con la materia gaseosa desprendida, causa una reacción total de aniquilación, que transmuta el 100 % de la materia en energía, la cuál es convertida en energía eléctrica en un estado sólido por el generador termoeléctrico, el cual aprovecha el total de la materia en forma de energía electromagnética.

Es esta energía resultante del procesado la que se utiliza para amplificar la onda de Gravedad A. Este tipo de propulsión es uno de los utilizado por la nave. En este modo, llamado Configuración Delta, es utilizado para recorrer distancias largas. El tiempo y el espacio son curvados por los amplificadores de onda permitiendo recorrer distancias inimaginables en cuestión de segundos.

Para distancias más cortas, el disco cambiaría a la llamada Configuración Ómicron, utilizada cuando la nave viaja cerca de un cuerpo que propaga una fuente de gravedad muy grande, como es el caso de un planeta o una estrella.

Cuando se viaja cerca de una fuente de gravedad como la Tierra, la gravedad del disco se propaga hacia afuera, en sentido inverso, en un proceso controlado de cambio a la «Gravedad B», que aleja el disco del campo gravitacional causando la elevación del mismo.

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